HIJOS. LÍMITES EN EL AMOR

Cuando los padres (las personas más importantes en la vida de cualquier niño), le dicen constantemente a su hijo que "no puede", "que no es capaz", "que es un tonto", "que su hermano(a) es mejor", etc., el niño lo llega a creer y vive de acuerdo a esas creencias – pudiendo tener una vida de de inseguridad, de fracaso, de soledad, de angustia y de malas relaciones interpersonales, ya que tendrá una autoestima lastimada y se sentirá devaluado, triste e insatisfecho con sus resultados.

Las agresiones verbales y emocionales que reciben los hijos son más comunes cuando los hijos pasan por la etapa de la pre–adolescencia y adolescencia ya que es cuando son físicamente más torpes y descoordinados, cuando son más inestables emocionalmente, más susceptibles, vulnerables y confundidos acerca de los cambios en su cuerpo, su entorno familiar y social y su vida completa. En estas etapas es cuando más apoyo y reconocimiento necesitan los hijos y frecuentemente es cuando menos se los damos. Y, es en esos momentos cuando muchos buscan captar la atención de sus padres, aunque sea de manera negativa, (ya que para ellos, esto es mejor que ser completamente ignorados o criticados), y es por eso que constantemente están desafiando los límites de su familia, de sus maestros y a veces, de la sociedad misma. Esto lleva a que el ciclo de: crítica – rebeldía – crítica – rebeldía – etc. no se rompa y la queja de los padres al tener "hijos inútiles" continúe, (cuando ellos fueron quienes generaron esta situación).

A tus hijos les enseñas límites con tus palabras; pero sobre todo, con tu propio ejemplo. A los hijos se les debe enseñarles a hacerse cargo y responsables de lo que ése límite implica para su bienestar, su educación, y formación. También deben aprender que consecuencias negativas son el resultado de no respetar los límites; pudiendo estas consecuencias ser castigos de acuerdo a su edad y a su condición, como también reconocer que las consecuencias positivas también llegan de una manera amorosa e inmediata.

Pero, muchas veces no solo es el hijo(a) quien se ve afectado, sino a veces los padres también. Cuando los padres predican con el ejemplo y logran que el hijo enfrente las consecuencias negativas de sus actos, frecuentemente los padres también se "castigan" junto con los hijos. Por ejemplo, si la consecuencia es que ya no van a ir al cine, los padres también tendrán que asimilar la consecuencia de ésta decisión ya que ellos también se pueden ver afectados. Sin embargo, al demostrar la importancia de ser congruente con lo que se dice y hace, el niño tendrá un modelo de respeto, (aunque en ese momento por su frustración y enojo, el hijo no lo pueda reconocer).

Es muy loable que los padres quieran menguar y amainar el sufrimiento de los hijos; pero llegará el momento en que no puedan hacerlo y no se dan cuenta del gran daño que se les hace a los chicos cuando no se les deja experimentar, vivir y sentir las consecuencias de su necedad, berrinche y falta de obediencia. Si esta situación se repite muchas veces, es muy probable que como padres estemos contribuyendo a que nuestros hijos se conviertan en adultos, inseguros y temerosos, no comprometidos, "víctimas" de la vida, incapaces de tomar decisiones y enfrentar las consecuencias de las mismas, sin ser personas asertivas e independiente de su pareja y de sus padres.

En resumen, los niños que crecen asumiendo la responsabilidad de sus actos, con sus respectivas consecuencias emocionales, físicas y espirituales; son niños más libres, con un criterio más amplio, con la capacidad y confianza de expresar su opinión y sobre todo, con una autoestima más sólida y con valores socialmente más aceptables.

Dejemos que los niños/adolescentes disfruten sus vidas plenamente; en las buenas y en las malas. Es su vida, a ellos les pertenece y ni podemos ni debemos vivirla por ellos, ni ellos las nuestras. Dejémoslos en libertad de que decidan qué hacer y que asuman las consecuencias; pero no las vivan por ellos.

Comentarios

  1. ¡Muy buenas!

    Me encanta tu blog, me encanta como escribes! Yo tengo mucho que aprender y leyendo blogs como el tuyo aprendo muchisimo y, sobre todo, disfruto! No dejes de escribir!

    Me seguiré pasando muy amenudo y te espero por el mio!!

    Un achuchon fuerte!

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