El Amor en un Tango


Argentina es un tango, es pasión, es gente buena que todos los días labura por un porvenir mejor. Es un fragmento de vida sufrida, de sueños al calor de un bracero, de madres que se desvelan día a día por entregar lo mejor de sí.

Es también amor entre hermanos, amor entre familias y sin duda amor entre un hombre y una mujer. Cuantos tangos se me agolpan en la cabeza sobre el amor, sobre la mujer.
El tango es como una fotografía antigua, donde sus primeras figuras son arquetipos de una sociedad en ciernes, luego las historias de la calle, de los suburbios, de la cárcel, del abandono y de la muerte. 

Hoy no se escuchan más los faroles de mi calle de arrabal, los tranvías bonaerenses se han extinguido y las rubias ya no se llaman Mireya.

Pero si escuchamos las maravillosas letras de nuestros tangos de siempre, encontraremos, sin duda la totalidad de los personajes que marcaron nuestras historias de infancia  y las convirtieron en "personajes": el compadrito, la mina, el novio, la madre, el inmigrante, el otario, el tahúr, etc.
 
El lenguaje de la calle fue absorbido por los grandes poetas del tango: Discepolín, Cadícamo y otros letristas, con su sensibilidad especial hallaron un costado del esquivo "ser rioplatense". No está de más aclarar que los compositores no solo provinieron de las dos orillas del Rio de la Plata. Homero Manzi, por caso, nació en Añatuya, Santiago del Estero. 

Me gusta creer que nació en un corralón, festejado con silbidos de guapos y arrullos de lavanderas. Trajo su niñez desde el interior atravesando una pampa que entonces era infinita para instalarse en el barrio de Boedo, en la esquina que da al terraplén y respira de zanjones olorosos. Y allí aprendió a oír con claridad la voz de los que no la tienen.

MALENA

Malena canta el tango como ninguna
y en cada verso pone su corazón.
A yuyo del suburbio su voz perfuma,
Malena tiene pena de bandoneón.

Tal vez allá en la infancia su voz de alondra
tomó ese tono oscuro de callejón,
o acaso aquel romance que sólo nombra
cuando se pone triste con el alcohol.
Malena canta el tango con voz de sombra,
Malena tiene pena de bandoneón.

Tu canción
tiene el frío del último encuentro.
Tu canción
se hace amarga en la sal del recuerdo.

Yo no sé
si tu voz es la flor de una pena,
sólo sé que al rumor de tus tangos, Malena,
te siento más buena,
más buena que yo.

Tus labios apretados como el rencor,
tus manos dos palomas que sienten frío,
tus venas tienen sangre de bandoneón.

Tus tangos son criaturas abandonadas
que cruzan sobre el barro del callejón,
cuando todas las puertas están cerradas
y ladran los fantasmas de la canción.
Malena canta el tango con voz quebrada,
Malena tiene pena de bandoneón.



Pero, ¿Quién fue Malena?... El tango siempre mezcla la poesía, la fantasía con la realidad y muchas veces se ha generado un mito o una leyenda donde sólo existe la magia creativa.  Hay muchas versiones del nombre asociado a variadas mujeres de distintas nacionalidades, pero yo me quedo con la idea, incluso sostenida por Acho Manzi, su hijo, de que "Malena" es una ficción y, como toda historia, tiene un disparador, éste fue Malena de Toledo, pero la heroína del tango "Malena" no es otra cosa que la síntesis poética de las mujeres que amó Homero Manzi.

Invito, además, con todo cariño a nuestros lectores a escuchar  las siguientes composiciones que se convertirán también en vuestras favoritas:


§ Chorra
§ Mano a mano
§ Qué tango hay que cantar
§ Yuyo verde
§ Cambalache
§ Cien barrios Porteños
§ Canzoneta




Comentarios

  1. Muy bueno este artículo. El Ser nacional presente. El año pasado escribí algo muy parecido y también sobre Malena. ¿No te habrán puesto Azucena, por Azucena Maizani? Te sigo bajo mis dos seudónimos porque Millz y ZM. Ni que dudar que vives en Buenos Aires. . .Un abrazo, compatriota.

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